Lanzando productos digitales. Cómo evitar el anti-valor.

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Imagen de CasPhotgraphy para Getty Images Pro

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Valor negativo, un cliente menos y mala promoción. Cuidado con los proveedores que eliges para que no maten tu iniciativa demasiado pronto.

Como siempre estoy “bicheando” nuevas ideas, me encontré con un producto que me pareció brutal. 

No fue casualidad.

Estaban haciendo una fuerte promoción y me llegó por varios canales y redes sociales a las que sigo.

Por ello, entendí que era un producto probado y maduro para dicha difusión y yo había sido etiquetada, por mis gustos compartidos, como un cliente potencial. 

El servicio en cuestión promueve consumir lo justo y evitar el desperdicio.

En general, consiste en un marketplace online de establecimientos de alimentación que se apuntan para ofrecer cestas de productos que se van a caducar a un precio más bajo y así evitar tener que tirarlos. 

El usuario entra, ve si algo le interesa, compra y recoge. Puede incluso elegir la localización que más le interesa.

Como hasta el último minuto no se sabe que queda o no y con qué van a tener que completar o no, las cestas son una sorpresa.

Aunque, la aplicación tiene mucho cuidado anunciando que la comida no está en mal estado sino que es aprovechable y su objetivo es evitar que se tire a la basura. 

Pues eso, me pareció tan buena idea que quise probar y compré una cesta de frutas y verduras en una tienda cercana a mi casa.

Incluso lo comenté con gente que conocía ya que ¡esto no podía fallar!.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad, y esa es la razón de que te esté contando aquí mi experiencia.

Oh My God!
Imagen en Canva

En primer lugar, sorpresa.

El paquete incluía varios kilos de producto, algo que no sabía ni me habían informado a priori. ¡Sorpresa!

¿Qué iba a hacer yo con tanta cantidad de fruta cuando solo somos dos en casa? ¿Esto no iba de evitar el desperdicio? 

Después, estupefacción.

Los productos me los daban en una caja de madera grande que era imposible que yo llevara fácilmente hasta casa.

¿Iba a tener que contratar un taxi para poder mover todo eso? No me lo podía creer.

Yo había llevado mis bolsas que eran más portables y con toda mi buena voluntad, empecé a llenarlas hasta que se completaran. 

Finalmente, desolación

Cuando toqué los productos para meter en las bolsas, es cuando ya exploté. ¿Qué hacía ahí?

La mitad de las frutas y verduras estaban podridas y algunas hasta se deshacían.

Incluso la dependienta, que me observaba sin ayudar, cuando vio mi cara se sintió obligada a proponer recetas de salsas que hacer con el mejunje.

Mi impresión es que les había pagado por evitarles un viaje a un contenedor.

Ahí es donde me di cuenta de lo complicado que es que los alimentos verdes y frescos puedan aprovechar el modelo propuesto por esta aplicación. Aunque esto es algo que los creadores creo que deberían haber probado antes de su lanzamiento masivo al mercado.

Reconozco que como era una “sorpresa” lo que me vendían, como tal me lo tomé.

No dije más, salí de ahí como pude, llegué a mi casa y me dediqué a bajar bolsas al contenedor y a hacer macedonia y gazpacho con lo que pude aprovechar.

Entiendo que a algunas personas sí que les pueda interesar. Una salsa, gazpacho o macedonia caseros son lo mejor. Pero, no a mí que no suelo tener ese tiempo.

¿Sabes lo que cuesta hacer una buena salsa de tomate? Y no, no tengo Thermomix.

Como resultado: 

– Valor negativo, al darme más trabajo que satisfacción por evitar desperdiciar.

– Un cliente menos, ya que me desinstalé la aplicación y nunca más la volví a probar.

– Mala promoción, porque igual que yo leo opiniones de productos y los tengo en cuenta en mis decisiones, entendí que mi experiencia podía interesar a otros y comenté en consecuencia. De hecho, acabo de revisar las valoraciones del producto y con las actuales, yo nunca hubiera comprado.

En resumen, cuando vayas a lanzar tu producto:

  • Mínimo producto viable pero asegurando una primera buena impresión. Explica bien en qué consiste y minimiza las sorpresas.
  • Asegura la usabilidad, no vayas a quitar valor, en lugar de darlo.
  • Conoce a tus proveedores y confirma que están alineados con tu idea de producto y valores.
  • Ten en cuenta que no todos los modelos de negocio valen para todo. Asegúrate de probar y testar bien tu idea antes de lanzarte a mayores inversiones promocionales.
  • Un product-market fit a priori correcto, a mí me ganó sólo con la idea, garantiza poco si fallas en algo de lo anterior.

Antes de irme

Como me gusta dar consejos no-code/low-code, si quieres construir tu marketplace con este tipo de tecnología, una de mis plataformas preferidas es Bubble.

A pesar de que tiene un cierto proceso de aprendizaje, su capacidad es infinita y engloba flujos y funcionalidades que simplifican tu stack de herramientas final.

Si quieres saber más, quieres contarme algo o tienes alguna duda no dudes en escribirme.